Carlos Lazcano Sahagún
Me parece , amable lector, que para presentarte adecuadamente el Diario de fra y Juníp ero Serra de su viaje de Loreto a San Diego , editado por Carlos Lazcano, debo hacer una referencia , somera, al ambiente que dio al Beato fray Junípero Serra su carácter de misionero y le ofreció la oportunidad de misionar en las Californias. Ese ambiente lo forman los Colegios apostólicos y, específicamente, el Colegio apostólico de San Fernando.
La idea de los Colegios apostólicos era antigua entre los franciscanos , prueba de ello es que la Orden edificó el Colegio de San Pedro in Montorio (Roma), en 1622, con el fin de preparar misioneros que fueran al cercano oriente, y que el Capítulo general de 1633, celebrado en Toledo, decretó la fundación de otros cuatro Colegios. Esa idea estaba también entre los franciscanos venidos a América, así por ejemplo, sucedió con fray Gregorio de Bolívar, quien, habiendo misionado en Perú, en 1626 presentó un proyecto de institución para las misiones americanas cuyo fin era encausar mayor número de sacerdotes a las misiones de infieles (de indios).
La realización de los Colegios apostólicos o de Propagación de la Fe (Propaganda Fide) tuvo lugar en los dominios de España y Portugal durante el generalato de fray José Ximénez Samaniego (1676-1682). El primero de ellos lo fundó en 1679-80 fray Antonio de las Llagas en Varatojo , Portugal ; el segundo fue fundado en 1681 en el convento de Nuestra Señora de la Hoz, de la Provincia de Segovia, España. A éstos siguieron otros más. En América nacieron gracias a la acción de fray Antonio Linaz o Llinás (1635-1693). El Ministro general dio, en 1682, a fray Antonio patente que lo autorizaba para que buscara en España y trajera a América misioneros y con ellos fundara un Colegio Apostólico en la Nueva España. La autorización pontificia le fue dada ese mismo año. Empresa que realizó cuando el 15 de agosto de 1683 fundó en el convento de la Santísima Cruz de los Milagros , de la actual ciudad de Santiago de Querétaro, que hasta entonces había pertenecido a la Provincia de los Apóstoles San Pedro y San Pablo de Michoacán , el primer Colegio apostólico de América. Esto fue el principio.
Los Colegios apostólicos eran instituciones franciscanas dependientes directamente del Ministro general de la Orden de la sagrada Congregación de Propaganda Fide. Su fin era dar solución a los dos problemas más urgentes de la actividad misional franciscana; el cansancio del espíritu misionero y la capacitación de los futuros misioneros. Al primero se trató de darle solución mediante la preparación espiritual y al segundo, con una preparación técnica.
Los Colegios apostólicos fueron suprimidos en nuestro país por decreto del Ministro General fray Dionisio Schuler en 1908. Los conventos fueron integrados a las Provincias en cuyo territorio se encontraban. Para ese entonces sólo quedaban en México tres Provincias: Santo Evangelio de México, San Pedro y San Pablo de Michoacán y Apóstol Santiago y San Francisco de Jalisco.
El Colegio apostólico de San Femando de la ciudad de México, fue el tercero de los Colegios apostólicos, pues su fundación siguió a la de los Colegios de Querétaro (1683) y de Guadalupe , Zacatecas (1704), que los Hermanos Menores (franciscanos) fundaron en nuestro país.
En enero de 1731, el Comisario general fray Femando Alonso González (1722- 1734), encomendó a fray Diego de Alcántara y fray Andrés de Passos, establecer un hospicio de misioneros apostólicos en la capital novohispana. Obtenidas las debidas licencias adquirieron una casa solariega , en donde establecieron , ese mismo año, el hospicio de San Femando. Fray Isidro Félix de Espinoza, siendo presidente del hospicio , inició los trámites para transformarlo en Colegio apostólico. La cédula real fue concedida el 15 de octubre de 1733 por Felipe IV. La fundación se realizó en 1736.
A este Colegio se le encomendaron las misiones de la Sierra Gorda, en 1743. El P. fray Junípero Serra fue Presidente de ellas de 1750 a 1758. También se encomendó a este Colegio proseguir el cuidado de las misiones de Baja California, dejadas por los jesuitas expulsos. Y, con ocasión del inicio de esta tarea , se le encomendó, además la evangelización de la Alta California.
Fue por esto que el padre fray Junípero Serra y quince franciscanos femandinos
más desembarcaron en Baja California el primero de abril de 1768, encargándose durante cinco años, de las misiones fundadas por los jesuitas , pues en 1773 las dejaron en las manos de los padres de Santo Domingo y se dedicaron a las de la Alta California. De los diez y seis franciscanos que tomaron posesión de las misiones , nueve salieron del Colegio de San Femando, cinco procedían de las misiones de la Sierra Gorda y dos se les unieron en Tepic.
Es así como tuvo inicio la aventura misional del Beato Padre fray Junípero Serra, que él mismo narra en el Diario que he tenido el honor de presentarte.
Museo de Historia de Ensenada
Seminario de Historia de Baja California